Fotografiar una boda es fotografiar un día especial. Después de muchos años sé que hay muchos pequeños detalles que hacen que una ceremonia sea única. Por eso me gusta conocer a las parejas y darles algunos consejos para que no comentan esos errores y todo sea tan precioso y natural como debe ser.
Trabajo fotografiando a personas y emociones reales. Se trata de ser tú mismo y vivirlo de verdad… No entiendo en qué momento se ha aceptado que cuando te casas, tienes que fingir ser un modelo y sentirte incómodo y perdido delante de una cámara, no quiero imágenes superficiales. La emoción que me provoca un beso real nunca podrá ser reemplazada por ningún posado.
Rocío y Jose no querían posar, querían ser ellos mismos, creo que se nota en sus fotos, están llenas de naturalidad y amor. ¡Por cierto! ¡ Han tenido una niña que es preciosa! Ella, conocerá la boda de sus padres con mis fotos… es algo que me llena de amor y me hace entender un poco más la profundidad que tiene mi trabajo. Pasé con ellos un día inolvidable, rodeado de amigos, y me fui de allí con mis cámaras llenas de pequeños tesoros que les acompañarán toda la vida. 🙂
Un abrazo a todos, disfrutad de las fotos y seguid vuestros sueños, ellos saben el camino.
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