Ni Susana ni Pedro sabían realmente lo que iba a pasar en su ceremonia. Cada uno tenía preparada en secreto una sorpresa especial para el otro. A mitad del enlace, un teléfono salido de la nada sonó y Pedro corrió a responderlo. Era “la Susana del pasado”.
Él le narro con todo detalle como se estaban casando, mientras miraba a los ojos a la Susana del presente. Quizás en ese momento ella rebuscaba en su memoria un día en el que recibió una llamada que no entendió muy bien de que iba. Y es que ellos, se conocieron por teléfono y llevaron su relación así mucho tiempo.
Susana no se quedo atrás. Cuando Pedro acabó su llamada, a mitad de la ceremonia, tomó su mano frente a él y le cantó poniendo todo su ser. Creedme: fue precioso. Se superaron el uno al otro y viceversa. Aprovecharon su momento y lo hicieron único e inolvidable. La emoción no quedó ahí, hubo muchas indescriptibles sorpresas más…
Recuerdo, cuando hice su preboda, que Pedro me comentó que su abuela había sabido envejecer muy bien y que llegaba casi al siglo de vida. Yo no podía fallarle… Aquí muestro algunas de las fotos que le hice, pero ellos tienen muchas más, decenas.
Tengo que dedicar unas lineas al galgo que tienen… me enamoró. Un perro que rescataron y que en su día estuvo en manos de algún insensible desalmado. Es precioso. Todavía se recupera psicológicamente y teme a cualquiera que se le acerque. Aún así, hicimos buenas migas, me buscaba con su hocico para que le volviese a acariciar… es la nobleza hecha animal.
Pienso que podría enseñarnos muchas cosas si hablase, pero me vale con su mirada, seguro que mucho más humana que la de su anterior “amo”, por llamarlo de alguna manera.
¡Que estas imágenes os lleguen al corazón! !Un abrazo a todos! ¡Y a vuestras mascotas!
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